Pedro Rosado: “El comercio tradicional ha sido ejemplar en cuanto a la puesta en marcha de medidas de prevención y seguridad; no sé de ningún foco de contagio en estos locales”

Pedro Rosado: “El comercio tradicional ha sido ejemplar en cuanto a la puesta en marcha de medidas de prevención y seguridad; no sé de ningún foco de contagio en estos locales”

El Secretario General de la Federación Empresarial Cacereña aboga por combinar la presencialidad con la venta online y avisa que cuando los ERTE lleguen a su fin podrían generarse problemas de viabilidad para muchos negocios, generando desempleo y retrayendo el consumo, si no se activan medidas básicas, como aplazar la amortización de los ICO hasta 2022

-¿Cuál es la situación actual del comercio?

-La situación del comercio tradicional ya era precaria, por el tema de las grandes superficies, y ahora se ha agravado por el crecimiento del comercio online, que se ha multiplicado con la pandemia debido a las restricciones de movilidad y aforo, y el temor de la gente al contacto, así como la incertidumbre económica.

Podemos hablar, por tanto, de situación pésima, y para muestra un botón: han caído empresas como la que fabrica los Caramelos de la Mártir, que estaba cerca de cumplir los 200 años, con eso está dicho todo.

-¿Qué nivel medio de caída se percibe en el sector?

-Depende de la actividad. Por ejemplo, en alimentación no ha caído, pero en complementos de moda el palo ha sido muy fuerte. Podríamos hablar de un 40% de media, lo que ya es muy preocupante.

-¿Cree que la Navidad va a suponer un alivio?

-Bueno, habrá las compras propias, pero si la gente tiene miedo a salir y hay restricciones a la movilidad, las ventas lo notan. Además, al no salir se fomente la venta online como canal alternativo, algo a lo que se ha apuntado mucha gente que hasta ahora nunca lo había usado.

Por eso creo que el comercio tradicional debe sumarse a ese canal, ignorar que existe no es una opción. Podría hacerse generando cooperación entre el pequeño comercio de cada localidad o cada zona para crear plataformas. De hecho, nosotros estamos incentivando la creación de esas plataformas.

-¿Y qué se necesita para ese salto?

-Lo primero, concienciación del empresario, que asuma que esto es una oportunidad y que hacer como que no existe no es una opción. A partir de ahí, ser consecuente y dedicar tiempo a genera catálogos atractivos, actualizar precios y stocks, etcétera. Es mejor tener este canal abierto y operando de continuo que mantenerse horas y horas con el negocio abierto y sin clientela. Una vez que el comerciante se conciencia, veremos el cómo en cuanto a inversiones que hacen falta, formación…, pero lo primero es saber que se puede vender más abriendo menos horas.

-¿Cree que las medidas de prevención y la limitación de aforos han generado confianza en el consumidor?

-El comercio ha cumplido ejemplarmente con todas las medidas. De hecho, no tengo noticias de ningún foco de contagios en este sector. Pero la pandemia es algo nuevo, que asusta a la gente y le mete el miedo a salir, al contacto y, por supuesto, a la crisis económica y la pérdida de empleo que ya está asomando. En algún momento se acabarán los ERTE y las empresas tendrán que ajustar plantillas según la situación que haya. Esta crisis no se va a solucionar con la vacuna.

-¿Qué perspectiva ve para los próximos meses?

-La vacuna puede hacer que avancemos a una casi normalidad, y también que entremos en un tiempo más apacible, que dé a la gente ganas de salir. Sin embargo, tenemos un problema de liquidez de las empresas y un problema derivado, que es el del empleo, que pueden lastrar el consumo. Hay que lograr ya que las amortizaciones de los ICO se aplacen hasta 2022, porque afrontar estos pagos cuando no se ha recuperado ni el 50% de los ingresos, y tienes que recuperar a los trabajadores en ERTE y retomar la actividad, es inviable. Hay que asumir ya que el sistema de plazos de los ICO se diseñó para una crisis de dos meses, no para lo que está pasando.

-¿Qué opina de las ayudas que han puesto en marcha las distintas Administraciones?

-Cada cual ha hecho lo que ha podido, con buena voluntad, pero se están dando palos de ciego. Tenemos un fondo de recuperación de la UE paralizado, que puede suponer una inyección importante, pero que no llegará en el mejor de los casos hasta dentro de unos meses. E, insisto, hay que adaptar cuestiones como los ICO a la situación. Aplazar las amortizaciones no cuesta dinero a la Administración y sí es un gran alivio para las empresas.

-¿Cree que el comercio tradicional logrará sobrevivir?

-Espero que sobrevivan los máximos establecimientos posibles. Aquellos que tengan una estructura de gastos fijos más pequeña sí lo logrará, los que la tengan muy elevada, me temo que no. Además, como he citado, tendrá que adaptarse, una adaptación que pasa por la especialización y por la voluntad de las siguientes generaciones de mantener el negocio.

-¿Serían necesarias ayudas directas?

-Para ciertos sectores sí, aunque su impacto es limitado, porque, por un lado, se genera una gran demanda y a última hora lo que se recibe individualmente es casi testimonial, y por otro, la gran burocracia que imponen normas como la Ley de Subvenciones, donde parece que se piensa que el objetivo del empresario es engañar, genera desmotivación y cansancio, porque además la ayuda, si finalmente llega, lo hace tarde, cuando ya no sirve, y muchos desisten. Es algo que habría que replantearse.