-¿Cuál es ahora mismo la situación del sector al que representa?
-La situación es complicada, como en la mayoría de los sectores. Hay pérdidas que son irrecuperables, y en este sector, prácticamente poco o nada se puede recuperar.
A nivel nacional tenemos datos demoledores, como que el 50% de las empresas están pensando en su viabilidad y el 30% están pensando en cómo cerrar. Más de 65.000 empresas no han vuelto a abrir después del confinamiento.
La actividad de Organización de Eventos Empresariales, Congresos, Jornadas, Charlas, Convenciones, etc… al no poder realizarse en su formato habitual debido a la limitación del aforo, se ha visto reducida en un 78%, y para poder llevar a cabo el 22% restante, hemos tenido que transformarlo y realizarlo en formato virtual, por lo que se ha tenido que invertir tanto en medios audiovisuales, diseño, software y formación, que, de momento, tardaremos en amortizar.
La incertidumbre que genera el no atisbar un horizonte en el que la situación comience a mejorar de manera firme, produce desánimo y miedo a la hora invertir.
-¿Qué expectativas tienen en el medio y corto plazo?
-Es complicado vislumbrar un escenario a corto plazo. La situación de la actividad empresarial va directamente relacionada con la evolución de la pandemia, por lo tanto, sin saber muy bien hacia dónde vamos en materia de salud, es prácticamente imposible crear unas expectativas en un plazo cercano. Lo que sí vamos viendo día tras día es el cierre de negocios que no están pudiendo aguantar esta situación, y que si no revierte van a ser muchos más.
-¿Qué medidas serían necesarias para revertir la situación?
-En primer lugar creo que, por parte de las autoridades sanitarias habría que apelar a la responsabilidad individual para acabar con los contagios y dejar ya de culpabilizar a un sector que además de hacer un esfuerzo para invertir en seguridad, se ha ido adaptando a las restricciones de manera obediente y prácticamente sin hacer ruido. Aplicación de un Plan contundente de ayudas. De nada sirve tener medidas de contención que no vayan acompañadas de ayudas directas al sector.
En materia económica, medidas como las que se están aplicando en otros países, como cubrir un 70% de las pérdidas acumuladas.
Ayudas a la digitalización y a la innovación para adaptarse fácilmente a la coyuntura, poner en funcionamiento “real” del Radar Covid, hasta el momento no funciona, etc…
En definitiva, detectar de manera fehaciente las necesidades reales y poner soluciones que eviten el cierre de más empresas con la consecuente pérdida de puestos de trabajo.