Imponer peajes en las autovías sumaría un lastre más a la ya de por sí altísima presión fiscal que soportan los extremeños y supondría un coste añadido que mermaría la competitividad de las empresas perjudicando gravemente a la economía.
Así lo señala Javier Peinado, Secretario General de la CREEX, quien apunta que el sobrecoste no solo impactaría con fuerza en el transporte profesional (el 85% del transporte de mercancías se realiza en la región por carretera, a falta de otras alternativas) sino en todos los sectores: “supondría un factor de disuasión de la movilidad en una región tan extensa y con tanta dispersión poblacional, perjudicando al consumo, la prestación de servicios o el turismo, por ejemplo, y todo ello sin grandes beneficios recaudatorios, dado el nivel de renta per cápita de Extremadura”.
Peinado ha explicado que encarecer la llegada y salida de productos (los precios de peaje que se manejan, aunque sean a título especulativo u orientativo son “desorbitados”) tendría efecto en los costes de producción, mermando la competitividad de las más dinámicas, y ha llamado la atención sobre el impacto en el sector primario: “este sector, con gran peso en la economía extremeña, mueve muchísima carga al cabo del año, y penalizar estos movimientos les va a suponer un sobrecoste que no puede asumir”.
El Secretario General de la CREEX ha descartado la comparación que se pretende hacer como justificación con lo que ocurre en otros países. “ni se puede comparar por el modo en que en esos países se han financiado estas infraestructuras ni por el hecho de que en Extremadura no existe realmente alternativa a la carretera”.