“Las empresas y autónomos extremeños necesitan que ahora la sociedad tome partido por ellos”

“Las empresas y autónomos extremeños necesitan que ahora la sociedad tome partido por ellos”

JAVIER PEINADO. SECRETARIO GENERAL DE LA CREEX

El dirigente de la organización más representativa del tejido productivo extremeño habla de la campaña Toma Partido y analiza la recuperación en clave regional

-¿Qué es la campaña Toma Partido?

-Durante estos últimos meses hemos visto un ambiente político muy enrarecido, donde se nos instaba como ciudadanos a posicionarnos a favor o en contra de algo o alguien, sin matices. Nosotros, desde la CREEX, lo que pedimos es que la gente tome partido, sí, pero por lo realmente importante, por su negocio local, su tienda de barrio, su taller vecino, su peluquería o su bar o restaurante de siempre. ¿Por qué?, porque ese empresario, esa empresaria es además tu amigo o amiga, vive a tu lado, aporta riqueza y empleo en tu entorno próximo. Es una relación de transacciones económicas, claro, pero también una relación emocional, te conoce y tú les conoces, y ahora necesita tu apoyo, porque lleva meses en hibernación, sin ingresos, con incertidumbres y temores que son también los tuyos.

-¿Y cómo podemos ‘tomar partido’?

-No hay que hacer nada especial, simplemente retomar nuestros hábitos de consumo de siempre, acudir al restaurante, al gimnasio, a la peluquería, simplemente eso, así se ayuda a la recuperación. Claro está que todo eso debe hacerse sin perder de vista una cosa fundamental: el bichito sigue ahí, y tenemos que continuar guardando las precauciones y medidas que indican las autoridades sanitarias, pero sin dejar de hacer nuestra vida dentro de esta ‘anormal normalidad’.

-¿Cómo está funcionando esta campaña?

-Creo que bastante bien. La sociedad extremeña siempre ha sido solidaria, y además estos meses de confinamiento nos han hecho valorar lo importante. ¿Qué es lo que hemos echado de menos durante ese tiempo? No han sido los viajes exóticos o cosas así; hemos echado de menos, lo primero, a nuestras familias y nuestros amigos, y después, nuestra vida normal: tomarnos una caña con los amigos, comernos un helado, mirar escaparates y probarnos ropa, acudir a la peluquería, al gimnasio, etcétera. Nos hemos dado cuenta de cuáles son los pequeños placeres cotidianos que nos dan satisfacciones. Ese valor, eso que aportan nuestros negocios, las empresas de nuestro barrio o nuestro pueblo, es insustituible.

-En la campaña también se indica Somos de los Vuestros, ¿qué pretenden transmitir?

-Va en la línea de lo que antes le comentaba: el empresario o la empresaria del pequeño negocio de tu barrio o tu pueblo es tu vecino, tu familiar incluso, es el que salía cada tarde contigo a aplaudir al balcón, gente comprometida con un territorio que es el tuyo, familias que se esfuerzan cada día para que tengamos todo al alcance de la mano. Ese es nuestro bando, el de los extremeños, la gente como tú y yo que está ahí, a tu lado. Todos, durante estos meses terribles que tantas vidas se han llevado por delante, nos hemos preguntado qué podíamos hacer, qué podíamos aportar. En el plano sanitario, lo que podíamos hacer era rendir homenaje a quienes se batían en primera línea y seguir las recomendaciones sanitarias para frenar la pandemia. Ahora estamos en otra fase, en la de la crisis económica, ¿y qué podemos hacer? Apoyar a los nuestros, recuperar nuestros hábitos para que todas estas personas, estas empresas y autónomos también puedan recuperarse.

-¿Cuál es la situación actual de las empresas y autónomos?

-No voy a poner paños calientes. La situación es mala. Han sido meses sin ingresos con un único salvavidas, el de los ERTE para quienes han podido acogerse. Pero el ERTE no te libraba de pagar gastos como alquileres, hipotecas, créditos, proveedores, impuestos, gastos fijos de luz o agua, etcétera. Las microempresas y autónomos, que son el grueso del tejido productivo regional, no tienen el pulmón financiero que tienen las grandes empresas, y lo están pasando muy mal. Hay muchos negocios que no saben si volverán a abrir, y otros que han reabierto a duras penas pero siguen pendiendo de un hilo. Y que nadie se engañe: si una empresa, aunque tenga que reducir plantilla, logra sobrevivir, puede volver a generar empleo en el medio plazo, pero si tiene que cerrar todos los trabajadores irán al paro, y aunque se cree otra empresa en su lugar, el periodo de maduración de una empresa nueva es de entre dos y cuatro años, ¿y mientras? Parece que hay algunos a los que se les ha olvidado que sin empresas no hay empleo.

-¿Se refiere a la Administración?

-Me refiero a la Administración estatal, que, aparte de los ERTE, que además ha revisado y condicionado de manera bastante alejada de la realidad, no ha hecho nada, solamente demonizar la figura del empresario, atacarnos en vez de considerarnos colaboradores necesarios en la recuperación. Ha ignorado el diálogo social y actuado casi siempre en contra de quienes generan empleo y riqueza, un sinsentido. Esto contrasta con lo que han hecho otras Administraciones, como la Junta de Extremadura, las Diputaciones Provinciales o multitud de ayuntamientos. Con la Junta especialmente hemos mantenido un dialogo fluido durante todos estos meses, negociando, acordando, avanzando…, se ha llegado hasta donde se podía llegar en función de las competencias y de las disposiciones presupuestaria, pero ahí están los planes de reactivación, las medidas de ayudas directas, la agilización de trámites, todas medidas en positivo, a favor, consensuadas en el diálogo social. Si desde el Gobierno de España, con sus medios y recursos, se hubiera tenido esta actitud, estaríamos hablando de un panorama muy distinto.

-¿Y desde la CREEX que se ha hecho?

-Además de esta campaña, implicarnos de lleno en el diálogo social y la concertación. Han sido muchas horas, muchas conversaciones y propuestas, mucho esfuerzo de mucha gente. Como se dice coloquialmente, nos hemos dejado muchos pelos en la gatera, porque consensuar y acordar tiene un matiz importante: te hace corresponsable de lo que se decida, y hemos asumido esa responsabilidad. También hemos puesto todos nuestros medios a disposición del tejido productivo extremeño. Utilizando todos los canales de los que disponemos, web, mail, redes sociales, whatsapp, teléfono, etcétera, hemos estado 24 horas al día informando, asesorando y también animando, que buena falta hacía y hace.

Las circunstancias adversas han supuesto un verdadero reto para el personal que trabaja en CREEX, que se ha tenido que multiplicar para atender todos los frentes, ya que eran muchos los decretos, medidas, correcciones, ampliaciones… que salían cada día, y muchas las dudas que generaban en el empresariado. Por ponerle un ejemplo, sobre el decreto de uso de mascarillas nos surgieron nada menos que 400 consultas durante un solo fin de semana.

Asimismo, hemos estado realizando encuentros y jornadas virtuales para analizar diversas cuestiones específicas de interés, que han tenido una gran aceptación por parte de empresas y autónomos.  En ello seguimos, cumpliendo con nuestra labor como máximos representantes del tejido productivo de Extremadura.

-¿Cómo cree que se presenta el futuro para las empresas extremeñas?

-Soy optimista por convicción y por obligación. Es cierto que en el corto plazo la situación no pinta bien, por eso insistimos en pedir a la sociedad que nos apoye, porque son nuestra mejor garantía de recuperación. Pero quiero creer que en el medio y largo plazo, con las ayudas que estamos logrando desde instituciones como la Junta o las Diputaciones, y con un cambio que espero en la actitud del Gobierno, se acelere la reactivación. El Ejecutivo nacional no puede escudarse más en el coste de las medidas de apoyo a las empresas para recortar los ERTE o no flexibilizar siquiera las obligaciones fiscales: ahora la UE nos va a ayudar con una cantidad importante, que debe emplearse en dinamizar el tejido productivo, y el Gobierno debería plantearse dos reflexiones. La primera es analizar qué es más costoso para las arcas públicas, ayudar a que las empresas sobrevivan o afrontar cierres masivos y cientos de miles de trabajadores en paro cobrando prestación. La segunda es que si se va a Bruselas a pedir solidaridad, hay que ser coherente, y mostrar esa misma solidaridad en el ámbito interno, por ejemplo, si se demanda en Europa más ayuda a fondo perdido y menos créditos que hay que devolver, ¿por qué a las empresas la opción que se les da es de créditos y aplazamientos fiscales? Como digo, espero que eso cambie ahora, que se aplique el sentido común y no el populismo estéril.