La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reclamado que la salud sea “el centro” de las negociaciones sobre el cambio climático en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022 (COP27), que se ha inaugurado este domingo en Sharm El-Sheikh (Egipto).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recuerda que la crisis climática sigue provocando enfermedades y poniendo en peligro la vida de las personas. Es por ello que pide que la salud se sitúe en el centro de las negociaciones. La OMS considera que la conferencia debe concluir con avances respecto de los cuatro objetivos clave de mitigación, adaptación, financiación y colaboración para hacer frente a la crisis climática.
El cambio climático está haciendo que millones de personas enfermen o sean más vulnerables a las enfermedades en todo el mundo, y la creciente destructividad de los fenómenos meteorológicos extremos afecta de manera desproporcionada a las comunidades pobres y marginadas. Entre 2030 y 2050, se espera que el cambio climático provoque unas 250 000 muertes más al año por malnutrición, paludismo, diarrea y estrés térmico.
Los costes de los daños directos para la salud (excluyendo los costes en sectores determinantes para la salud como la agricultura y el agua y el saneamiento), se estiman entre 2.000 y 4.000 millones de dólares (2.017 y 4.035 millones de euros) al año para 2030.
Por ello, la OMS pide a los gobiernos la creación de un tratado de no proliferación de combustibles fósiles que permita una eliminación gradual, justa, equitativa y rápida de los combustibles fósiles y la transición hacia un futuro de energía limpia. Esto representaría una de las contribuciones más significativas a la mitigación del cambio climático.
Además, la organización afirma que la inversión en energía limpia producirá beneficios para la salud que duplicarán las inversiones realizadas. Existen intervenciones, de eficacia probada, capaces de reducir las emisiones de contaminantes climáticos de vida corta, por ejemplo, aplicando normas más estrictas para las emisiones de los vehículos, que se ha calculado que pueden salvar cerca de 2,4 millones de vidas al año, gracias a la mejora de la calidad del aire y reducir el calentamiento global en 0,5°C para 2050. El coste de las fuentes renovables de energía ha disminuido significativamente en los últimos años y la energía solar es ahora más barata que el carbón o el gas en la mayoría de las principales economías.
En este contexto, una política climática centrada en la salud ayudaría a lograr un planeta que tenga un aire más limpio, agua potable y alimentos más abundantes y seguros, sistemas de salud y protección social más eficaces y justos y, en consecuencia, personas más sanas.
Por ello, para la OMS, la COP27 será una oportunidad crucial para que el mundo se reúna y vuelva a comprometerse a mantener vivo el objetivo del Acuerdo de París de 2016, que estableció limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales.
(Fuente: ORSE)