“Como empresarios somos más pragmáticos que programáticos, y nos quedamos con que la reforma laboral se ha aprobado sin tocar ni una coma del acuerdo alcanzado con sindicatos y Gobierno, que era algo que pedíamos en pro del interés general, que es lo que nos llevó en su momento a ceder en tantas cosas para alcanzar un pacto”, ha indicado Javier Peinado, Secretario General de la CREEX.
Peinado confiesa haber vivido la sesión parlamentaria donde se convalidó el Decreto “con tensión, escepticismo y sorpresa, ante una sesión un poco caótica, lo que nos traslada, analizando con sosiego, la preocupación por un Congreso totalmente fragmentado en el que es casi imposible llegar a acuerdos de calado, que en otros ámbitos, donde los interlocutores, como es el caso de las organizaciones empresariales más representativas, están claros y tienen una postura común, sí son posibles”.
En todo caso, el dirigente de la única organización que representa a todo el tejido productivo extremeño ha explicado: “ahora que ya se ha aprobado el Decreto se puede decir: lo que se ha hecho es un restyling sobre lo que ya había, que veremos qué resultado da”, para añadir: “nunca el acuerdo agrada al cien por cien a ninguna de las partes, y eso es una negociación, y ahora las empresas tendrán que adaptarse a las nuevas normas, por ejemplo, en la contratación, pero también hay aspectos positivos, como la consolidación de los nuevos ERTE, y, sobre todo, la imagen de país, la certidumbre y seguridad que se da, de cara a los mercados, a los inversores, y eso es un bien para toda la sociedad”.
Entre los cambios que pueden causar trastornos a los empresarios, Peinado alude a la supresión del contrato por obra o servicio, “que, ojo, venía de una reforma impulsada por un Gobierno socialista”, con lo que ahora hay que justificar mucho más el contrato temporal, que será limitado en duración. “Esto, que por cierto era una exigencia de la UE, puede ser lo más lesivo, pero la alternativa era que el Gobierno sacase adelante su planteamiento inicial con sus socios parlamentarios, que ya sabemos por dónde van, y entonces si hubiese sido una auténtica catástrofe, no solo para los empresarios, sino para el crecimiento de la economía y la generación de riqueza y empleo”.