La Confederación Regional Empresarial Extremeña (CREEX) considera que se ha errado en el fondo y en la forma a la hora de decidir una nueva subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), utilizando el Gobierno, de nuevo, la vía del populismo y la propaganda, una actitud que va a reportar pocos beneficios y muchos perjuicios.
Según ha señalado Javier Peinado, Secretario General de la CREEX, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha decidido eludir cuestiones de fondo, negándose a analizar de manera rigurosa los impactos reales de la medida.
Dichos impactos pueden resumirse en:
- Daño al empleo: quizá no en destrucción a corto plazo, pero sí en freno a la creación, que perjudicará notablemente a colectivos como jóvenes o personas con menos cualificación, que tendrán una nueva barrera de entrada al mercado laboral
- Incremento de costes en toda la cadena de trabajadores, puesto que esta subida se va a indexar más pronto que tarde al resto de escalas, no solo a las más básicas como interesadamente se trata de vender
- Incremento de cotizaciones a la Seguridad Social de colectivos como los autónomos, que están en situación muy precaria y no pueden asumir más costes
- Problemas de conciliación: perfiles como el de las empleadas y empleados de hogar se van a ver afectados, y aquí la mayoría de los patronos no son empresas, sino particulares, familias que verán incrementado el coste, lo que fomentará la economía sumergida o bien imposibilitará esta contratación y, por tanto, la conciliación
- Deterioro de la competitividad, al no vincularse el alza del SMI al incremento de productividad, y eso en un escenario donde la recuperación está cogida con alfileres, y los crecimientos que se están dando en la economía son por efecto rebote tras una fuerte caída. Esta medida puede cortar en seco esta recuperación
Simulacro de diálogo
Peinado ha indicado que no era el momento de esta medida por las razones de fondo expuestas, pero también por cuestiones de forma.
“No es tolerable que se use el diálogo social, la simulación del diálogo, para luego ir a acuerdos bilaterales, esto es un ataque a la esencia de ese diálogo”, ha explicado.
Además, se ha mostrado tajante al afirmar: “que no se venda humo, la realidad es que no ha habido acuerdo. El Gobierno puede, en uso de sus competencias, subir el SMI cuando y cuanto quiera, pero no parapetarse en un diálogo inexistente, ni usar de burladero o apoyo a una de las patas de este diálogo, como son los sindicatos, porque es una absoluta falta de lealtad y un grave ataque a la concertación social”.