La responsabilidad a la hora de tomar y respetar todas las medidas preventivas necesarias por parte de empresarios y trabajadores, y la celeridad con que se actúa en caso de detectar algún caso positivo por COVID, están haciendo que, por ahora el impacto de los rebrotes en los centros de trabajo extremeños esté siendo mínimo.

“Estamos detectando que en cuanto se produce una sospecha, la empresa cierra y los trabajadores se ponen en cuarentena hasta saber los resultados de los test, incluso antes de que las autoridades sanitarias lo ordenen”, ha señalado el Secretario General de la CREEX, Javier Peinado.

Según asegura “se está siendo muy sensato y cuidadoso para minimizar el impacto en la actividad, y además el hecho de que en Extremadura primen las microempresas, con relaciones muy cercanas entre empresarios y trabajadores, está facilitando la cooperación en este sentido”.

Con todo, el Secretario General de la CREEX ha instado a no bajar la guardia: “hay que frenar la transmisión del virus, no nos podemos permitir retroceder y que el camino se haga aún más largo, porque ya de por sí se anuncia complicado y más prolongado de lo que se pensaba, y, o se actúa con cautela o no se podrá sostener el Estado del Bienestar”.

La vuelta

En cuanto a la vuelta al trabajo tras las vacaciones, y concretamente la vuelta al colegio, Peinado ha afirmado que es un signo positivo “puesto que marca una cierta normalidad para sectores como el del transporte escolar, catering, material escolar, comercio textil, etcétera”, si bien ha reconocido que persisten incertidumbres y temores sobre los rebrotes en el ámbito de las escuelas “que generan alarma y retraen el consumo y la demanda de servicios, lo que está provocando caída de ingresos en esas empresas”.