- La inflación negativa es una situación anómala que dificulta la operativa de las empresas, en tanto provoca que sus costes reales sean mayores que sus costes nominales
- La inflación se situó en el -0,5% en agosto, una décima más que el registro del mes anterior, debido al menor descenso de los precios de los productos energéticos, especialmente electricidad, gasóleo para calefacción y combustibles y carburantes.
- La inflación subyacente disminuyó dos décimas, hasta el 0,4%, continuando la senda descendente iniciada en julio tras un largo periodo de estabilidad en torno al 1,0%.
- De cara a los próximos meses, se espera que la inflación continúe registrando tasas negativas, si bien cada vez más cercanas a cero. La intensidad de los descensos dependerá de la evolución de los precios del petróleo y del impacto sobre la economía de la extensión en el tiempo de la crisis del coronavirus. Para el conjunto del año se espera una inflación ligeramente negativa.
En el mes de agosto, la tasa interanual del Índice de Precios de Consumo (IPC) aumentó una décima, hasta el -0,5%, acumulando cinco meses en negativo. La inflación moderó así su ritmo de caída, debido al menor descenso de los productos energéticos.
Por su parte, la inflación subyacente continuó la senda de desaceleración iniciada en julio y descendió dos décimas, hasta el 0,4%, tras un largo periodo de estabilidad en torno al 1%. Analizando sus componentes, se observa que están registrando una clara desaceleración. Así, los precios de los Servicios disminuyeron dos décimas, hasta el 0,2%, tras el notable descenso registrado en julio. Los precios de los bienes industriales sin productos energéticos minoran su tasa de variación una décima, hasta el 0,3%, y los alimentos con elaboración, bebidas y tabaco disminuyen dos décimas su variación interanual, hasta el 1,2%.
Los precios de los alimentos sin elaboración, sin embargo, aumentaron cuatro décimas su tasa de variación y se situaron en el 3,5%. Continúan configurándose como el componente más inflacionista de la cesta, concentrándose los aumentos más intensos en las rúbricas de frutas frescas, carne de ovino y otras carnes.
El INE ha elaborado dos indicadores para conocer la evolución de los precios del grupo de productos más consumidos por la sociedad durante el confinamiento (bienes Covid-19 y servicios Covid-19), dado que la declaración del estado de alarma tuvo una repercusión sobre las pautas de consumo de los hogares. Los bienes Covid-19 son productos de alimentación, bebidas, tabaco, limpieza y artículos no duraderos para el hogar, productos farmacéuticos, comida para animales y artículos para el cuidado personal. Los servicios Covid-19 incluyen los servicios de alquiler de vivienda y garaje, la distribución de agua, alcantarillado, recogida de basuras, gastos comunitarios, electricidad, gas, gasóleo para calefacción, servicios de telefonía, música y televisión en streaming, seguros, comisiones bancarias y servicios funerarios.
La tasa interanual de los precios de los bienes Covid-19 se sitúa en el 1,7%, frente al 1,8% del mes de julio, debido fundamentalmente al menor incremento de los precios de algunos alimentos, entre otros, leche, queso y huevos.
La tasa interanual de los precios de los servicios Covid-19 se sitúa en el -2,1%, frente al -2,9% de julio, evolución que se ha visto determinada fundamentalmente por el aumento en agosto de los precios de la electricidad.
Los precios energéticos en el mes de agosto continúan moderando su ritmo de caída. En concreto, la tasa interanual en este mes de los precios de los productos energéticos ha sido del -9,3%, casi un punto y medio más que el mes anterior (-10,7%).
El crudo Brent se situó en agosto en 45,4 dólares/barril, un 3,3% más que en julio, favorecido por la debilidad del dólar y por la fortaleza de la economía china. En términos interanuales, el precio es un 23,1% menor que un año atrás. Para los próximos meses, las dudas sobre la fortaleza de la recuperación de la economía mundial y la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia de la Covid-19 hacen que los precios de los futuros oscilen alrededor de los 45 dólares/barril, por lo que la energía seguirá presionando a la baja a la inflación durante los próximos meses.
El Índice de Precios de Consumo Armonizado se situó en el -0,6% en agosto, una décima más que en julio, y el índice promedio de la Unión Económica y Monetaria disminuyó seis décimas hasta el -0,2%, según recoge el indicador avanzado de Eurostat. Así, el diferencial negativo con la zona euro se reduce a cuatro décimas.
De cara a los próximos meses, la inflación continuará registrando tasas negativas, si bien cada vez más moderadas, y estará condicionada por el comportamiento de los precios del petróleo y la caída de la demanda de algunos bienes y servicios derivada de la crisis del coronavirus. En el conjunto del año 2020, anticipamos una tasa media del IPC ligeramente negativa (-0,2%).